Nos dirigíamos al colegio temprano, Ell@s en sus sillas y yo al volante, apenas unos minutos de trayecto, lo suficiente para una de nuestras charlas habituales, mis preferidas.
Valentina: Abuela, tú porqué siempre llevas boina?
Yo: Porque me gustan mucho y me veo guapa. Tú me ves guapa?
Valentina: Si, muy guapa.
Nicolás: Pero las abuelas no llevan boina.
Yo: Claro que si, las abuelas podemos llevar todo lo que nos gusta.
Nicolás: Abu, y tú porque llevas los pantalones rotos?… si no te has caído en el patio del cole !!!
Yo: Pues por que me gustan, cuando los compré ya estaban un poco rotos…
Nicolás: Abuela, tú eres vieja?
Yo: No, no soy vieja, soy mayor.
-Supongo que la palabra “vieja” saltó todas las alarmas. Me dispuse a explicarles que cualquier mujer ( y hombre ) se puede vestir como quiera, sea abuel@ o no, y tenga la edad que tenga. Pero me hizo pensar en cual es mi estilo a la hora de elegír mi ropa.
Clásico? No creo. Deportivo? No mucho, solo cuando voy a mis clases de Pilates llevo ropa deportiva y transpirable. Urbano? Puede ser. Me gusta la moda ” más vestida” pero no siempre encaja con mi forma de vivir.
La verdad es que adapto la moda a mi estilo de vida y sobre todo, a lo que creo que más me favorece.
Éste año que ha pasado ( y lo que llevamos de 2021 ), si algo nos ha traido, es un pequeño cambio en nuestra manera de vestirnos. El confinamiento y las restricciones nos han obligado a estar mucho tiempo en casa, y por lo tanto utilizamos mucho chandál y prendas de algodón, cómodas y prácticas, pero sin olvidarnos de darle nuestro toque personal.
Las celebraciones y fiestas se pospusieron y la ropa más formal se quedó en el armario; quizá por eso una de las tendencias ahora mismo es combinar prendas más formales, e incluso de fiesta, con otras más deportivas e informales y así “sacar” a la calle lo que antes se destinaba exclusivamente a bodas y celebraciones especiales.
En mi armario cohabitan en armonía trajes sastre con camisetas y sudaderas, pantalones y faldas de lentejuelas con otros más serios, vestidos lisos o multicolores, blazers y los típicos jeans, eso sí, adaptando todo a mi figura, que una no tiene edad para improvisar looks , como cuando tienes 20 años y todooooo te sienta fenomenal.
La moda cambia, nuestro cuerpo también.
Sin olvidarnos del calzado, prima lo cómodo, y por eso las deportivas se han adueñado del asfalto, donde antes reinaban botas y zapatos, ellas han llegado para quedarse.
Multicolores, combinadas, con suelas XXL, ligeras, monocolor…existe tanta variedad, que es casi imposible resistirse a tener unos cuantos pares.
Mención especial merecen los complementos: boinas(nunca tengo suficientes ), bolsos, pendientes, broches, gorras, guantes, sombreros… que en mi armario no pueden faltar y que pueden ” elevar” un look soso a único y diferente.
A algunas abuelas nos gusta seguir las tendencias, y es fantástico, pero además contamos con un plus…las sabemos adaptar a nuestro estilo de vida, contamos con mucha experiencia.
Extravagante, atrevida, clásica, rompedora, vanguardista, deportiva , minimalista, tradicional o con estilo propio.… seas como seas, nada está prohibido si así te sientes cómoda y guapa.
Aunque de vez en cuando tus niet@s te digan:
-Abuela, porqué te has puesto un pantalón que brilla, si no estamos en Navidad?
La edad no es una barrera. Es una limitación que pones en tu mente.
Jackie Joyner-Kersee