MIS MELLIZOS SE HAN HECHO MAYORES

Cuando nacieron mis nietos fue como un Tsunami. Pero,  en realidad, mi vida ya estaba revolucionada  mucho antes. Cuando tuve que  resetearme y volver a empezar. Cuando me dijeron que ya no más de aquello que venía haciendo hasta entonces. Por salud. Cuando de un trabajo a jornada completa pasé a frenar en seco. O casi. Porque, como si de un regalo se tratase , hace  trece  años llegaron hasta mi un par de hermanos mellizos que me rescataron de las tinieblas, me convirtieron en su TATA, me devolvieron la confianza en mi misma y me regalaron cada tarde su ternura y sus sonrisas.

A cambio, yo les di  mis cuidados y mi recién estrenada vida sin prisas que se me hizo nada al cambio. Yo salí ganando. Seguro.

Pero como no pude detener el  tiempo, mis pequeños crecieron y crecieron, dejando de necesitar mis cuidados para solo necesitar mis besos más de tarde en tarde. Mientras todo eso ocurría llegó el anuncio de que iba a ser ABUELA . Y de dos a la vez. Otra vez pares, otra vez  amor multiplicado .

Y entonces si que llegó la locura para siempre.

El primer año fue una auténtica revolución. Agotador, a veces caótico. Pero tan, tan bonito que aún hoy echo de menos tener un bebé entre mis brazos . Su olor, su llanto, su sonrisa.

 

Mientras crecían cambiaba su vida y la mía a paso de gigante, la de todos alrededor. Sus primeros pasos, su primer baño en el mar, su primera Navidad, su primer día de colegio, todos “sus primeros ” eran también los míos.

nietos de Abuela a la ultima
.Mis pequeños con 6 meses.

 

Y como otra vez el tiempo se empeña en ir demasiado deprisa, Ell@s también  crecieron  y ya no me necesitan tanto como antes…y la abuela tiene más tiempo para Ella. Sabré gestionarlo? como será mi vida ahora que no necesito moverme a golpe de reloj? demasiado tranquila?

 

 

Desde que Ell@s  llegaron, el tiempo ha ido  mucho más deprisa, no sé en que momento dejaron de ser bebés  y fueron simplemente niños.

Álvaro y Jaime con 17 años.

  A Jaime y Álvaro, por ser luz cuando solo veía oscuridad.

A Valentina y Nicolás, por ser  luceros que iluminan mis días.

      GRACIAS.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *